Bueno, he de confesar que yo he sido de las típicas que se mordía las uñas. Pero (y no es una excusa) los nervios cada uno los lleva como puede. Yo soy un culo inquieto y cuando me pongo nerviosa lo primero que pillaba eran las uñas. Ya podía pintármelas, mentalizarme…nada. Y, curiosamente, hará cosa…